Mejor salud física en un ambiente rural
No es la voluntad de Dios que las familias de su pueblo se establezcan en las ciudades, donde hay perturbaciones y confusión constantes. Hay que evitar esto para sus hijos, porque todo el sistema está corrompido por el apresuramiento, la prisa y el ruido.—Mensajes Selectos 2:410 (1902). {EUD92 101.1}
Si a muchos de los que viven en las ciudades y que no tienen ni un metro cuadrado de hierba que pisar, y que año tras año no han mirado más que patios sucios y estrechos callejones, paredes de ladrillo, y pavimentos, y un cielo nublado de polvo y humo, se les llevara a algún distrito rural, en medio de campos verdes, de bosques, collados y arroyos, bajo un cielo claro y con aire fresco y puro, casi les parecería estar en el paraíso.—El Ministerio de Curación, 144 (1905). {EUD92 101.2}
El ambiente físico de las ciudades es muchas veces un peligro para la salud. La exposición constante al contagio, el aire viciado, el agua impura, el alimento adulterado, las viviendas oscuras, malsanas, y atestadas de seres humanos, son algunos de los muchos males con que se tropieza. No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, amontonados en terrazas y viviendas.—El Ministerio de Curación, 282 (1905). {EUD92 101.3}
Cultivad vuestras propias provisiones
El Señor quiere que las familias de su pueblo se trasladen al campo donde puedan establecer sus casas, y cultivar sus propias frutas y verduras, y donde sus hijos puedan estar en contacto directo con las obras de Dios manifestadas en la naturaleza. Llevad a vuestras familias lejos de las ciudades, es mi mensaje.—Mensajes Selectos 2:410 (1902). {EUD92 101.4}
Una y otra vez el Señor ha instruido a los miembros de su pueblo a que saquen sus familias de las ciudades y las lleven al campo, donde puedan cultivar sus propias provisiones, porque en el futuro el problema de comprar y de vender será muy serio. Ahora deberíamos prestar atención a la instrucción que se nos ha dado vez tras vez: Salid de las ciudades e id a los distritos rurales, donde las casas no están apiñadas unas al lado de otras, y donde estaréis libres de la interferencia de los enemigos.—Mensajes Selectos 2:161 (1904). {EUD92 102.1}
Estableced instituciones “cerca de las grandes ciudades”
Desígnense hombres juiciosos que no divulguen sus intenciones, sino que busquen tales propiedades en las zonas rurales, con fácil acceso a las ciudades, apropiadas para establecer pequeñas escuelas de preparación para los obreros, y donde también puedan proporcionarse facilidades para tratar a las personas enfermas y fatigadas que no conocen la verdad. Buscad esos lugares cerca de las ciudades, donde puedan conseguirse edificios apropiados ya sea como obsequio de sus dueños, o comprados a un precio razonable con fondos donados por nuestro pueblo. No construyáis edificios en las ruidosas ciudades.—El Evangelismo, 61 (1909). {EUD92 102.2}
Cooranbong, Nueva Gales del Sur
¿Dónde será establecida nuestra Escuela Bíblica Australiana?... Si las escuelas fueran ubicadas en las ciudades o a pocos kilómetros de ellas, sería sumamente difícil contrarrestar la influencia de la educación previa que han recibido los estudiantes en cuanto a esos feriados y a las prácticas relacionadas con ellos, tales como carreras de caballos, apuestas y ofrecimiento de premios... {EUD92 103.1}
Encontraremos que es necesario establecer nuestras escuelas fuera y lejos de las ciudades, y sin embargo no tan lejos como para que no se pueda mantener contacto con ellas y hacerles bien al permitir que la luz brille en medio de la oscuridad moral.—Fundamentals of Christian Education, 310, 313 (1894). {EUD92 103.2}
Todo lo relacionado con el lugar me había impresionado favorablemente, excepto el hecho de que estábamos lejos de las grandes vías de tránsito, y por lo tanto no tendríamos la oportunidad de permitir que nuestra luz brillara en medio de la oscuridad moral que cubre nuestras grandes ciudades como un paño mortuorio. Esta pareciera ser la única objeción que acude a mi mente. Por otra parte, no sería aconsejable establecer nuestra escuela en ninguna de nuestras grandes ciudades.—Manuscript Releases 18:137 (1894). {EUD92 103.3}
Estoy más convencida que nunca de que ésta es la correcta ubicación para la escuela.—Manuscript Releases 18:360 (1894). {EUD92 103.4}
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